martes, 26 de enero de 2016

EL 31 DE DICIEMBRE: AÑOS VIEJOS Y VIUDAS


Escrito por: Raúl Ismael Puetate Piedra

La temporada de fin de año en Ecuador se caracteriza por un colorido, presente en sus calles; pues lo que mayormente se ve en los umbrales de las casas son unos muñecos del tamaño de una persona, fabricados artesanalmente con trapo y rellenos con cualquier otra cosa que no sirva como aserrín, hierba seca, papeles y hasta ropa que normalmente ya no se usa. A estos en nuestra tradición se los conoce popularmente como "años viejos", y es que la mayor parte de familias, ha experimentado la quema de estos monigotes. Así también, a los "viejos" los acompaña de cerca una "viuda" muy carismática, la misma que se encargará de conseguir unas cuantas "limosnas" para pagar la cremación de su querido "viejo".
Sobre este hecho que sucede año tras año. Me pregunto¿Qué significado le hemos dado a esta celebración? y ¿Cuáles son los propósitos por los que se realiza todo este proceso que conlleva minutos, horas, días y hasta meses de preparación.

El simbolismo del "año viejo"
Lo que podemos afirmar  con certeza es que los "años viejos" o simplemente "viejos" representan las frustraciones o experiencias negativas que ha dejado el año que está ha punto de terminar. Al mismo tiempo se identifica su uso como un rito de purificación a base de fuego, que implica la participación del pueblo que intenta eliminar el pasado e iniciar un nuevo año de manera positiva. En estas instancias sobre memoria y olvido, podemos relacionar de cerca al pensamiento de Marc Augé sobre las formas del olvido, presentes en el imaginario colectivo. Siendo así, los sujetos reflexionan sobre las destacadas situaciones que han experimentado en este último año, y retornan con el objetivo de discriminar entre lo "bueno" y lo "malo" que les ha sucedido. Sucesivamente se genera ciertas expectativas alentadoras sobre lo que será un mejor año en la vida de las personas, creándose así un ambiente de suspenso basado en el presente y en lo que vendría a ser el futuro. Este acto se consolida con la quema del monigote que simboliza el año que fenece y el (re) comienzo de un nuevo período; este acontecimiento nos incita a renovar nuestros ideales, a deslegitimar el pasado y reivindicar sobre nuestras vidas un nuevo y esperanzador horizonte.

Al mismo tiempo, este rito conmemora nuestras creencias haciendo que éstas perduren en el tiempo, así en palabras de Durkheim se formaría entre nosotros una especie de emblema que representa el tótem del Clan al que pertenecemos. Dicho tótem tiene la función de expresar con libertad la opinión y sentimiento, sobre acontecimientos del pasado. Y no está de más decir que "el 31 de diciembre de todos los años, es el único día en el que la sociedad puede pronunciarse sin tapujos y algunas veces utilizando un lenguaje soez, sobre los temas sociales, económicos y culturales que afectan su vida cotidiana. Constituye un espacio de denuncia de las desigualdades existentes en la sociedad. Un día en que, a través del monigote que recrea un año vivido, se tiene la fugaz revancha de acabar con fuego todos los males vividos." (MINANGO, 2009).




 















La transgresión de las "viudas"
Nos es necesario reconocer la existencia de estructuras sociales e instituciones que han privilegiado y legitimado la hegemonía de la heterosexualidad sobre las demás orientaciones e identidades que están presentes dentro de nuestra sociedad. Siendo el 31 un día para celebrarlo entre desmanes y fiestas populares, no podemos evitar el compartir con alegría, espontaneidad y libertad el acto festivo que propiciamos. (CUENCA, 1994). García Canclini (2002) manifiesta que, "es en el ritual de la fiesta donde el pueblo impone un orden a poderes que siente incontrolables; pretende trascender la coerción o frustración de estructuras limitantes a través de su reorganización ceremonial". Es en este momento en donde se nos invoca a poder usar y abusar de la libertad existente de la fiesta, hacemos que el travestismo de las "viudas" transgreda las propias estructuras limitantes de la sociedad. A la vez puede servirnos como instrumento de denuncia hacia los poderes dominantes de la sociedad. "Es importante destacar las negociaciones en juego que se tramitan, puesto que las viudas son consideradas como personajes que han trascendido fronteras espaciales y de género, que alegran a quien encuentren a su paso. En definitiva, se trata de personajes construidos para la diversión de las personas "normales" en los que se negocia la homofobia y el pánico homosexual" (BUTLER, 2002). Debemos aclarar que el hecho de que una persona se trasvista no es motivo para que nos indique algo acerca de su preferencia sexual; tampoco de su virilidad o feminidad, mucho menos de su condición social o de su perfil psicológico. Simplemente debemos los diversos factores sociales y culturales construyen independientemente nuestra identidad de género de la orientación sexual (MINANGO, 2009).





Para ver más material sobre la Celebración de Fin de Año en Santo Domingo de los Colorados:
https://onedrive.live.com/redir?resid=82EEAAE0428E04B1!12567&authkey=!AB57ShvnKRjFIUw&ithint=folder%2cjpg


Referencias bibliográficas:

· Cordova, J. (2004). El año viejo: un medio de expresión popular. Ensayo.
· Minango, G. (2009). Tesis. Los años viejos y las viudas: ¿Negociaciones del orden sexual?. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) - Sede Ecuador.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario